miércoles, 30 de mayo de 2012

¿QUÉ SON LAS DROGAS PARA TI?

Las drogas son para mi estimulantes que alteran o tranquilizan el estado físico y psiquico de la persona en concreto. Son muy perjudiciales en todos los sentidos por que puedes llegar hacer cosas que no quieres o puedes desafiar tus capacidades.

lunes, 28 de mayo de 2012

LA PRIMERA PROSA MEDIEVAL DEL SIGLO XIV

Hasta el siglo XVI no se escribio la primera narracion en prosa en castellano. El conde lucanormde don juan manuel en 1935 es la primera obra escrita en prosa y esta formado por 51cuentos que tienen un fin didactico es decir sirve para enseñar y tiene siempre la misma escritura.

Hasta el siglo XIV no se escribió la narración en prosa, en castellano.
El Conde Lucanor de Don Juan Manuel, de 1935  es la primera obra escrita en prosa y está formada por 51 cuentos o exemplos que tienen un fin didáctico es decir sirve para enseñar y tienen siempre la misma estructura:
1) El Conde Lucanor plantea un problema a su ayo patronio.
2) Patronio le contesta con un cuento.
3) Posteriormente, le explica como aplicar el cuento a su problema y le da un consejo.
4) Don Juan Manuel decide incluir el cuento en un libro y le añade una moraleja final.































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































Cuento de Truhana
   
Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio en esta guisa:
-Patronio, un hombre me dijo una razón y mostrome la manera cómo podía ser. Y bien os digo que tantas maneras de aprovechamiento hay en ella que, si Dios quiere que se haga así como él me dijo, que sería mucho de pro pues tantas cosas son que nacen las unas de las otras que al cabo es muy gran hecho además.
Y contó a Patronio la manera cómo podría ser. Desde que Patronio entendió aquellas razones, respondió al conde en esta manera:
-Señor conde Lucanor, siempre oí decir que era buen seso atenerse el hombre a las cosas ciertas y no a las vanas esperanzas pues muchas veces a los que se atienen a las esperanzas, les acontece lo que le pasó a doña Truhana.
Y el conde le preguntó como fuera aquello.
-Señor conde -dijo Patronio-, hubo una mujer que tenía nombre doña Truhana y era bastante más pobre que rica; y un día iba al mercado y llevaba una olla de miel en la cabeza. Y yendo por el camino, comenzó a pensar que vendería aquella olla de miel y que compraría una partida de huevos y de aquellos huevos nacerían gallinas y después, de aquellos dineros que valdrían, compraría ovejas, y así fue comprando de las ganancias que haría, que hallóse por más rica que ninguna de sus vecinas.
Y con aquella riqueza que ella pensaba que tenía, estimó cómo casaría sus hijos y sus hijas, y cómo iría acompañada por la calle con yernos y nueras y cómo decían por ella cómo fuera de buena ventura en llegar a tan gran riqueza siendo tan pobre como solía ser.
Y pensando esto comenzó a reír con gran placer que tenía de su buena fortuna, y riendo dio con la mano en su frente, y entonces cayóle la olla de miel en tierra y quebróse. Cuando vio la olla quebrada, comenzó a hacer muy gran duelo, temiendo que había perdido todo lo que cuidaba que tendría si la olla no se le quebrara.
Y porque puso todo su pensamiento por vana esperanza, no se le hizo al cabo nada de lo que ella esperaba.
Y vos, señor conde, si queréis que los que os dijeren y lo que vos pensareis sea todo cosa cierta, creed y procurad siempre todas cosas tales que sean convenientes y no esperanzas vanas. Y si las quisiereis probar, guardaos que no aventuréis ni pongáis de los vuestro, cosa de que os sintáis por esperanza de la pro de lo que no sois cierto.
Al conde le agradó lo que Patronio le dijo e hízolo así y hallóse bien por ello.
Y porque a don Juan contentó este ejemplo, hízolo poner en este libro e hizo estos versos:
                                    A las cosas ciertas encomendaos
y las vanas esperanzas, dejad de lado.

   DE LO QUE ACONTECIÓ A UN MANCEBO CON
                       UNA MUJER BRAVA .


Otra vez hablaba el Conde Lucanor con Patronio y le dijo:
—Patronio, mi criado me ha dicho que piensan casarle con una mujer muy rica que es más honrada que él. Sólo hay un problema y el problema es éste: le han dicho que ella es la cosa más brava y más fuerte del mundo. ¿Debo mandarle casarse con ella, sabiendo cómo es, o mandarle no hacerlo?
—Señor conde—dijo Patronio—, si él es como el hijo de un hombre bueno que era moro, mándele casarse con ella; pero si no es como él, dígale que no se case con ella.
El conde le pidió que se lo explicara.
Patronio le dijo que en un pueblito había un hombre que tenía el mejor hijo que se podía desear, pero por ser pobres, el hijo no podía emprender las grandes hazañas que tanto deseaba realizar. Y en el mismo pueblito había otro hombre que era más honrado y más rico que el padre del mancebo, y ese hombre sólo tenía una hija y ella era todo lo contrario del mancebo. Mientras él era de muy buenas maneras, las de ella eran malas y groseras. ¡Nadie quería casarse con aquel diablo!
Y un día el buen mancebo vino a su padre y le dijo que en vez de vivir en la pobreza, él preferiría casarse con alguna mujer rica. El padre estuvo de acuerdo. Y entonces el hijo le propuso casarse con la hija mala de aquel hombre rico. Cuando el padre oyó esto, se asombró mucho y le dijo que no debía pensar en eso: que no había nadie, por pobre que fuese, que quería casarse con ella. El hijo le pidió que, por favor, arreglase aquel casamiento. Y tanto insistió que por fin su padre consintió, aunque le parecía extraño.
Y él fue a ver al buen hombre que era muy amigo suyo, y le dijo todo lo que había pasado entre él y su hijo y le rogó que pues su hijo se atrevía a casarse con su hija, que se la diese para él. Y cuando el hombre bueno oyó esto, le dijo:
—Por Dios, amigo, si yo hago tal cosa seré amigo muy falso, porque Ud. tiene muy buen hijo y no debo permitir ni su mal ni su muerte. Y estoy seguro de que si se casa con mi hija, o morirá o le parecía mejor la muerte que la vida. Y no crea que se lo digo por no satisfacer su deseo: porque si Ud. lo quiere, se la daré a su hijo o a quienquiera que me la saque de casa.
Y su amigo se lo agradeció mucho y como su hijo quería aquel casamiento, le pidió que lo arreglara.
Y el casamiento se efectuó y llevaron a la novia a casa de su marido. Los moros tienen costumbre de preparar la cena a los novios y ponerles la mesa y dejarlos solos en su casa hasta el día siguiente. Así lo hicieron, pero los padres y los parientes del novio y de la novia temían que al día siguiente hallarían al novio muerto o muy maltrecho.
Y luego que los jóvenes se quedaron solos en casa, se sentaron a la mesa, pero antes que ella dijera algo, el novio miró alrededor de la mesa y vio un perro y le dijo con enojo:
—¡Perro, danos agua para las manos!
Pero el perro no lo hizo. Y él comenzó a enojarse y le dijo mas bravamente que les diese agua para las manos. Pero el perro no lo hizo. Y cuando vio que no lo iba a hacer, se levantó muy enojado de la mesa y sacó su espada y se dirigió al perro. Cuando el perro lo vio venir, él huyó y los dos saltaban por la mesa y por el fuego hasta que el mancebo lo alcanzó y le cortó la cabeza y las piernas y le hizo en pedazos y ensangrentó toda la casa y toda la mesa y la ropa.
Y así, muy enojado y todo ensangrentado, se sentó otra vez a la mesa y miró alrededor y vio un gato y le dijo que le diese agua para las manos. Y cuando no lo hizo, le dijo:
—¡Cómo, don falso traidor! ¿No viste lo que hice al perro porque no quiso hacer lo que le mandé yo? Prometo a Dios que si no haces lo que te mando, te haré lo mismo que al perro.
El gato no lo hizo porque no se costumbre ni de los perros ni de los gatos dar agua para las manos. Y ya que no lo hizo, el mancebo se levantó y le tomó por las piernas y lo estrelló contra la pared, rompiéndolo en más de cien pedazos y enojándose más con él que con el perro.
Y así, muy bravo y sañudo y haciendo gestos muy feroces, volvió a sentarse y miró por todas partes. La mujer, que le vio hacer todo esto, creyó que estaba loco y no dijo nada. Y cuando había mirado el novio por todas partes, vio a su caballo, que estaba en casa y era el único que tenía, y le dijo muy bravamente que les diese agua para las manos, pero el caballo no lo hizo. Cuando vio que no lo hizo, le dijo:
—¡Cómo, don caballo! ¿Piensas que porque no tengo otro caballo que por eso no haré nada si no haces lo que yo te mando? Ten cuidado, porque si no haces lo que mando, yo juro a Dios que haré lo mismo a ti como a los otros, porque lo mismo haré a quienquiera que no haga lo que yo le mande.
El caballo no se movió. Y cuando vio que no hacía lo que le mandó, fue a él le cortó la cabeza con la mayor saña que podía mostrar y lo despedazó.
Y cuando la mujer vio que mataba el único caballo que tenía y que decía que lo haría a quienquiera que no lo obedeciese, se dio cuenta que el joven no jugaba y tuvo tanto miedo que no sabía si estaba muerta o viva.
Y él, bravo, sañudo y ensangrentado, volvió a la mesa, jurando que si hubiera en casa mil caballos y hombres y mujeres que no le obedeciesen, que mataría a todos. Y se sentó y miró por todas partes, teniendo la espada ensangrentada en el regazo. Y después que miró en una parte y otra y no vio cosa viva, volvió los ojos a su mujer muy bravamente y le dijo con gran saña, con la espada en la mano:
—¡Levántate y dame agua para las manos!
La mujer, que estaba segura de que él la despedazaría, se levantó muy aprisa y le dio agua para las manos. Y él dijo:
—¡Ah, cuánto agradezco a Dios que hiciste lo que te mandé, que si no, por el enojo que me dieron esos locos, te habría hecho igual que a ellos!
Y después le mandó que le diese de comer y ella lo hizo.
Y siempre que decía algo, se lo decía con tal tono que ella creía que le iba a cortar la cabeza.
Y así pasó aquella noche: ella nunca habló y hacía lo que él le mandaba. Y cuando habían dormido un rato, él dijo:
—Con la saña que he tenido esta noche, no he podido dormir bien. No dejes que nadie me despierte mañana y prepárame una buena comida.
Y por la mañana los padres y los parientes llegaron a la puerta y como nadie hablaba, pensaron que el novio estaba muerto o herido. Y lo creyeron aún más cuando vieron en la puerta a la novia y no al novio.
Y cuando ella los vio en la puerta, se acercó muy despacio y con mucho miedo les dijo:
—¡Locos, traidores! ¿Que hacen? ¿Cómo se atreven a hablar aquí? ¡Cállense, que si no, todos moriremos!
Al oír esto, ellos se sorprendieron y apreciaron mucho al mancebo que tan bien sabía mandar en su casa.
Y de ahí en adelante su mujer era muy obediente y vivieron muy felices.
Pocos días después su suegro quiso hacer lo que había hecho el mancebo, y mató un gallo de la misma manera, pero su mujer le dijo:
—¡A la fe, don Fulano, lo hiciste demasiado tarde! Ya no te valdría nada aunque mates cien caballos, porque ya nos conocemos.
—Y por eso —Le dijo Patronio al conde—, si su criado quiere casarse con tal mujer, sólo lo debe hacer si es como aquel mancebo que sabía domar en su casa.
El conde aceptó los consejos de Patronio y todo resultó bien.
Y a don Juan le gustó este ejemplo y lo incluyó en este libro. También compuso estos versos:
               
                              Si al comienzo no muestras quien eres,
                              nunca podrás después, cuando quisieres.


LA LECHERA

 Llevaba en la cabeza
una lechera el cántaro al mercado
con aquella presteza,
aquel aire sencillo, aquel agrado,
que va diciendo a todo el que lo advierte
¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!
Porque no apetecía
más compañía que su pensamiento,
que alegre le ofrecía
inocentes ideas de contento.
Marchaba sola la feliz lechera,
y decía entre sí de esta manera:
"Esta leche vendida,
en limpio me dará tanto dinero,
y con esta partida
un canasto de huevos comprar quiero,
para sacar cien pollos, que al estío
merodeen cantando el pío, pío"
"Del importe logrado
de tanto pollo mercaré un cochino;
con bellota, salvado,
berza, castaña engordará sin tino;
tanto que puede ser que yo consiga
ver como se le arrastra la barriga"
"Llevarélo al mercado:
sacaré de él sin duda buen dinero;
compraré de contado
una robusta vaca y un ternero,
que salte y corra toda la campaña,
hasta el monte cercano a la cabaña".
Con este pensamiento
enajenada, brinca de manera
que a su salto violento
el cántaro cayó. ¡Pobre lechera!
¡Qué compasión! Adiós leche, dinero,
huevos, pollos, lechón, vaca y ternero.
¡Oh loca fantasía!,
¡Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría;
no sea que saltando de contento,
al contemplar dichosa tu mudanza,
quiebre tu cantarilla la esperanza.
No seas ambiciosa
de mejor o más próspera fortuna;
que vivirás ansiosa
sin que pueda saciarte cosa alguna.
 No anheles impaciente el bien futuro:
mira que ni el presente está seguro.


-La espresión de "no me cuentes el cuento de la lechera" significa, hacerse castillos en el aira, ilusiones vanas.

 LAS MIL Y UNA

domingo, 27 de mayo de 2012

MESTER DE CLERECÍA SIGLOS XII Y XIV

MONGE ESCRIBIENDO UN CODICE





CODICE



Mester trago fermoso, non es de iuglaria,
mester es sen pecado, ca es de clerezia,
fablar curso rimado por la cuaderna via,
a silabas cuntadas, ca es gran maestria.


Gonzalo de Berceo



En el nomne del Padre, que fizo toda cosa,
Et de don Ihesuchristo, fijo de la Gloriosa,
Et del Spíritu Sancto, que egual d'ellos posa,
De un confesor sancto quiero fer una prosa.

Quiero fer una prosa en román paladino,
En qual suele el pueblo fablar a su vecino,
Ca non so tan letrado por fer otro latino:
Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.

viernes, 25 de mayo de 2012

ACTIVIDADES SOBRE EL ROMANCERO


ACTIVIDADES DEL ROMANCERO



1ª.- Lee el romance que va a continuación las veces que sea necesario para entenderlo perfectamente. Utiliza el diccionario para saber el significado de las palabras señaladas en negrita:
EL REINO PERDIDO
(Anónimo)
Hay muchos romances protagonizados por don Rodrigo que recogen diversas leyendas sobre
el último rey godo. Los amores ilícitos de éste con La Cava llevaron al padre de ésta, don
Julián, a tomar venganza y a facilitar la entrada de los musulmanes en España.
Las huestes de don Rodrigo
desmayaban y huían
cuando en la octava batalla
sus enemigos vencían.
Rodrigo deja sus tiendas
y del real se salía,
solo va el desventurado,
sin ninguna compañía:
el caballo de cansado
ya moverse no podía,
camina por donde quiere
que no le estorba la vía.
El Rey va tan desmayado
que sentido no tenía:
muerto va de sed y hambre,
de verle era gran
mancilla:iba tan tinto de sangre
que una brasa parecía.

Las armas lleva abolladas,
que eran de gran pedrería:
la espada lleva hecha sierra
de los golpes que tenía:

el
almete de abollado
en la cabeza se hundía:
la cara llevaba hinchada
del trabajo que sufría.
Subióse encima de un cerro,
el más alto que veía:
desde allí mira su gente
cómo iba de vencida,



de allí mira sus banderas
y e
standartes que tenía,
cómo están todos pisados
que la tierra los cubría;
mira por los capitanes,
que ninguno aparecía;
mira el campo tinto en sangre,
la cual arroyos corría.
Él, triste de ver aquesto,
gran mancilla en sí tenía,
llorando de los sus ojos
desta manera decía:
"Ayer era rey de España,
hoy no lo soy de una villa;
ayer villas y castillos,
hoy ninguno poseía:
ayer tenía criados
y gente que me servía,
hoy no tengo ni una
almena
que pueda decir que es mía.
¡Desdichada fue la hora,
desdichado fue aquel día
en que nací y heredé
la tan grande señoría,
pues lo había de perder
todo junto y en un día!
¡Oh muerte!, ¿por qué no vienes
y llevas esta alma mía
de aqueste cuerpo mezquino,
pues se te agradecería?"



2.-Responde a las siguientes preguntas.
a) ¿ De qué composiciones surgieron los primeros romances? De los cantares de gesta.
b) ¿Qué es un hemistiquio? La mitad de un verso.
c) ¿A qué se llama cesura? La pausa entre verso y verso.
d) Para qué se componían originalmente los romances? Para entretener a la gente.
e) ¿A qué género pertenecen los romances? Al género épico.
f) ¿Qué clase de romance es?
g) ¿Cómo se han transmitido los romances? De forma oral ,de genarión en generación.
h) Este romance pertenece al romancero nuevo o al viejo? ¿Por qué? ¿En qué se diferencian el romancero nuevo y el viejo? ¿En qué épocas se cultivan uno y otro?
i) Analiza desde el punto de vista métrico los siguientes verso del romance: Cada verso tiene ocho sílabas.

Las
huestes de don Rodrigo
desmayaban y huían
cuando en la octava batalla
sus enemigos vencían.
Rodrigo deja sus tiendas
y del real se salía,
solo va el desventurado,
sin ninguna compañía:
el caballo de cansado
ya moverse no podía,
camina por donde quiere
que no le estorba la vía.
Número de sílabas de cada verso: Ocho.
Versos que riman entre sí: - a - a
Versos que quedan sueltos: Ninguno.
¿Qué clase rima tienen? Asonante.
Escribe el esquema métrico de este fragmento: 8- ,8a ,8- ,8a
Copia en forma de cantar de gesta estos versos dejando un espacio en blanco para separar los hemistiquios y realiza su análisis métrico
Las huestes de don Rodrigo   desmayaban y huían
cuando en la octaba batalla   sus enemigos vencían.
Rodrigo deja sus  tiendas   y del real se salía,
solo va el desventurado,   sin ninguna compañía:
el caballo de cansado   ya moverse no podía ,
caminar por dondde quiere   que no le estoba la vía.
 Números de sílabas de cada verso:
Versos que riman entre sí:
Rima:
Esquema métrico:
Las huestes de don Rodrigo desmayaban y huían

j) Copia a la derecha ordenando los hechos que aparecen en el romance como corresponda.

Don Rodrigo se aleja del campo de batalla.
Don Rodrigo llama a la muerte.
Don Rodrigo contempla a su ejército vencido.
Don Rodrigo se lamenta de su desgracia.



k) En el romance hay algunas palabras como “desta”, “aquesto” que son arcaísmos, busca qué es un arcaísmo.
l) En el romance hay algunas hipérboles que dan más expresividad al texto. Busca qué es una hipérbole y di si las subrayadas en rojo son hipérboles y por qué.




  1. Resume brevemente el argumento del romance:















lunes, 21 de mayo de 2012

ROMANCEROS NUEVOS

Romance Sonámbulo


Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

--Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
--Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
--Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
--Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
--Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.

Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
--¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!

Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

ROMANCEROS VIEJOS




Romance épico-lírico.
Romance del prisionero.
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

Romance fronterizo.
Abenámar, Abenámar.
"¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida:
Moro que en tal signo nace
no debe decir mentira."
Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que decía:
"Yo te lo diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho,
mi madre me lo decía:
que mentira no dijese,
que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey,
que la verdad te diría."
"Yo te agradezco, Abenámar
aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!

Romance histórico.
Romance a cazar va don Rodrigo.
A cazar va don Rodrigo,   y aun don Rodrigo de Lara:
con la grande siesta que hace   arrimádose ha a una haya,
maldiciendo a Mudarrillo,   hijo de la renegada,
que si a las manos le hubiese,   que le sacaría el alma.
El señor estando en esto,   Mudarrillo que asomaba.
—Dios te salve, caballero,   debajo la verde haya.
—Así haga a ti, escudero,   buena sea tu llegada.
—Dígasme tú, el caballero,   ¿cómo era la tu gracia?
—A mí dicen don Rodrigo,   y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de Gonzalo Gustos,   hermano de doña Sancha;
por sobrinos me los hube   los siete infantes de Salas;
espero aquí a Mudarrillo,   hijo de la renegada;
si delante lo tuviese,   yo le sacaría el alma.
—Si a ti te dicen don Rodrigo,   y aun don Rodrigo de Lara,
a mí Mudarra González,   hijo de la renegada;
de Gonzalo Gustos hijo   y anado de doña Sancha;
por hermanos me los hube   los siete infantes de Salas.
Tú los vendiste, traidor,   en el val de Arabiana,
mas si Dios a mí me ayuda,   aquí dejarás el alma.
—Espéresme, don Gonzalo,   iré a tomar las mis armas.
—El espera que tú diste   a los infantes de Lara,
aquí morirás, traidor,   enemigo de doña Sancha.

Romance legendario.
El infante Arnaldos

¡Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a buscar la caza             
para su halcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de sedas,
la jarcia de oro torzal,             
áncoras tiene de plata,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía,
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma,           
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo,
arriba los hace andar;
las aves que van volando,
al mástil vienen posar.              
Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
«Por tu vida, el marinero,
dígasme ora ese cantar.»
Respondióle el marinero,             
tal respuesta le fue a dar:
«Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.»  
 
Romance carolingio.
Romance de doña Alda
En París está doña Alda,   la esposa de don Roldán,
trescientas damas con ella   para la acompañar:
todas visten un vestido,   todas calzan un calzar,
todas comen a una mesa,   todas comían de un pan,
si no era doña Alda,   que era la mayoral;
las ciento hilaban oro,   las ciento tejen cendal,
las ciento tañen instrumentos   para doña Alda holgar.
Al son de los instrumentos   doña Alda dormido se ha;
ensoñado había un sueño,   un sueño de gran pesar.
Recordó despavorida   y con un pavor muy grande;
los gritos daba tan grandes   que se oían en la ciudad.
Allí hablaron sus doncellas,   bien oiréis lo que dirán:
—¿Qué es aquesto, mi señora?   ¿quién es el que os hizo mal?
—Un sueño soñé, doncellas,   que me ha dado gran pesar:
que me veía en un monte   en un desierto lugar:
do so los montes muy altos   un azor vide volar,
tras dél viene una aguililla   que lo ahínca muy mal.
El azor, con grande cuita,   metióse so mi brial,
el aguililla, con gran ira,   de allí lo iba a sacar;
con las uñas lo despluma,   con el pico lo deshace.
Allí habló su camarera,   bien oiréis lo que dirá:
—Aquese sueño, señora,   bien os lo entiendo soltar:
el azor es vuestro esposo   que viene de allén la mar,
el águila sedes vos,   con la cual ha de casar,
y aquel monte es la iglesia,   donde os han de velar.
—Si así es, mi camarera,   bien te lo entiendo pagar.
Otro día de mañana   cartas de fuera le traen:
tintas venían por dentro,   de fuera escritas con sangre,
que su Roldán era muerto   en caza de Roncesvalles.

Romance novelasco
Garganta la Olla
Allá en Garganta la Olla,  
en la Vera de Plasencia,
salteóme una serrana,  
blanca, rubia, ojimorena.
Trae el cabello trenzado  
debajo de una montera
y, porque no la estorbara,  
muy corta la faldamenta.
Entre los montes andaba  
de una en otra ribera,  
con una honda en sus manos  
y en sus hombros una flecha. 
Tomárame por la mano  
y me llevara a su cueva;
por el camino que iba  
tantas de las cruces viera.
Atrevíme y preguntéle  
qué cruces eran aquellas,
y me respondió diciendo  
que de hombres que muerto hubiera.
Esto me responde y dice,
como entre medio risueña: 
Y así haré de ti, cuitado, 
cuando mi voluntad sea. 
Diome yesca y pedernal 
para que lumbre encendiera, 
y mientras que la encendía,  
aliña una grande cena;
de perdices y conejos  
su pretina saca llena,  
y después de haber cenado  
me dice: —Cierra la puerta. 
Hago como que la cierro,  
y la dejé entreabierta.
Desnudóse y desnudéme 
y me hace acostar con ella. 
Cansada de sus deleites 
muy bien dormida se queda,
y en sintiéndola dormida  
sálgome la puerta afuera.
Los zapatos en la mano  
llevo porque no me sienta, 
y poco a poco me salgo 
y camino a la ligera.
Más de una legua había andado 
sin revolver la cabeza, 
y cuando mal me pensé 
yo la cabeza volviera.
Y en esto la vi venir, 
bramando como una fiera,
saltando de canto en canto, 
brincando de peña en peña. 
Aguarda [me dice], aguarda, 
espera, mancebo, espera, 
me llevarás una carta 
escrita para mi tierra.
Toma, llévala a mi padre,  
dirásle que quedo buena. 
Enviadla vos con otro, 
o sed vos la mensajera.

 

 

 tal respuesta le fue a dar:
«Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.»

viernes, 18 de mayo de 2012

ROMANCERO

PRIMERA VERSIÓN
ROMANCE DE GERINELDO

Levantóse Gerineldo, que al rey dejara dormido,
fuese para la infanta donde estaba en el castillo.
—Abráisme, dijo, señora, abráisme, cuerpo garrido.
—¿Quién sois vos, el caballero, que llamáis a mi postigo?
—Gerineldo soy, señora, vuestro tan querido amigo.
Tomárala por la mano, en un lecho la ha metido,
y besando y abrazando Gerineldo se ha dormido.
Recordado había el rey de un sueño despavorido;
tres veces lo había llamado, ninguna le ha respondido.
—Gerineldo, Gerinaldo, mi camarero pulido;
si me andas en traición, trátasme como a enemigo.
O dormías con la infanta o me has vendido el castillo.
Tomó la espada en la mano, en gran saña va encendido,
fuérase para la cama donde a Gerineldo vido.
El quisiéralo matar, mas criole de chiquito.
Sacara luego la espada, entrambos la ha metido,
porque desque recordase viese cómo era sentido.
Recordado había la infanta y la espada ha conocido.
—Recordados, Gerineldo, que ya érades sentido,
que la espada de mi padre yo me la he bien conocido.
SEGUNDA VERSIÓN
ROMANCE DE GERINELDO Y LA INFANTA

—Gerineldo, Gerineldo, paje del rey más querido,
quién te tuviera esta noche en mi jardín florecido.
Válgame Dios, Gerineldo, cuerpo que tienes tan lindo.
—Como soy vuestro criado, señora, burláis conmigo.
—No me burlo, Gerineldo, que de veras te lo digo.
—¿Y cuándo, señora mía, cumpliréis lo prometido?
—Entre las doce y la una que el rey estará dormido.
Media noche ya es pasada. Gerineldo no ha venido.
«¡Oh, malhaya, Gerineldo, quien amor puso contigo!»
—Abráisme, la mi señora, abráisme, cuerpo garrido.
—¿Quién a mi estancia se atreve, quién llama así a mi postigo?
—No os turbéis, señora mía, que soy vuestro dulce amigo.
Tomáralo por la mano y en el lecho lo ha metido;
entre juegos y deleites la noche se les ha ido,
y allá hacia el amanecer los dos se duermen vencidos.
Despertado había el rey de un sueño despavorido.
«O me roban a la infanta o traicionan el castillo.»
Aprisa llama a su paje pidiéndole los vestidos:
«¡Gerineldo, Gerineldo, el mi paje más querido!»
Tres veces le había llamado, ninguna le ha respondido.
Puso la espada en la cinta, adonde la infanta ha ido;
vio a su hija, vio a su paje como mujer y marido.
«¿Mataré yo a Gerineldo, a quien crié desde niño?
Pues si matare a la infanta, mi reino queda perdido.
Pondré mi espada por medio, que me sirva de testigo.»
Y salióse hacia el jardín sin ser de nadie sentido.
Rebullíase la infanta tres horas ya el sol salido;
con el frior de la espada la dama se ha estremecido.
—Levántate, Gerineldo, levántate, dueño mío,
la espada del rey mi padre entre los dos ha dormido.
—¿Y adónde iré, mi señora, que del rey no sea visto?
—Vete por ese jardín cogiendo rosas y lirios;
pesares que te vinieren yo los partiré contigo.
—¿Dónde vienes, Gerineldo, tan mustio y descolorido?
—Vengo del jardín, buen rey, por ver cómo ha florecido;
la fragancia de una rosa la color me ha devaído.
—De esa rosa que has cortado mi espada será testigo.
—Matadme, señor, matadme, bien lo tengo merecido.
Ellos en estas razones, la infanta a su padre vino:
—Rey y señor, no le mates, mas dámelo por marido.
O si lo quieres matar la muerte será conmigo.

TERCERA VERSIÓN
Romance de Gerineldo
Quien tuviera tal fortuna
Para ganar lo perdido
Como tuvo Gerineldo
Mañanita de domingo

Gerineldo era un buen mozo
Siervo del rey muy querido
Cuando sale del palacio
De hacer allí su servicio

Limpiando paños de seda
Para dar al rey vestido,
Mirándole está la infanta
Desde su alto castillo

Gerineldo, Gerineldo
La mañana de San Juan
Fue a dar agua a su caballo
A la orilla del mar

Mientras su caballo bebe
Su dama le echa un cantar
Las aves que iban volando
Se paraban a escuchar

No bebas agua caballo
No bebas agua del mar
Porque es agua muy salobre
Y podrías reventar

Gerineldo, Gerineldo
Paje del rey más querido
Cuantas damas y doncellas
Quisieran dormir contigo

Como soy vuestro criado
Os quereis burlar conmigo.
No me burlo, Gerineldo
Que de veras te lo digo.
¿A qué hora mi señora?
¿A qué hora y en que sitio?.
A eso de las once y media
Mi padre estará dormido

Ya han dado las once y media
Gerineldo va al castillo
Los zapatos en la mano
Para no ser conocido

Media noche ya es pasada
Gerineldo no ha venido.
¡Oh, mal haya, Gerineldo
quien amor puso contigo.

Abraisme la mi señora,
Abraisme, cuerpo garrido.
¿Quién a mi estancia se atreve?
¿Quién llama así a mi postigo?

No os turbeis, señora mía
Que soy vuestro dulce amigo.
Señora soy Gerineldo
Que vengo a lo prometido.

Tirole escalera de oro
Por ella se había subido.
Tomáralo por la mano
Y en el lecho lo ha metido.

Empezaron a luchar
Los dos a brazo partido
Estando los dos luchando
Los dos cayeron rendidos

Entre juegos y deleites
La noche se les ha ido.
Y allá hacia el amanecer
Los dos se duermen vencidos

Ya se ha despertado el rey,
Pregunta por sus vestidos
Pregunta por Gerineldo
Que es su paje más querido

Tres veces le había llamado
Ninguna le ha respondido
Unos dicen que se ha ido
Y otros que no le han visto

El rey que cayó en sospecha
Al cuarto de su hija ha ido,
Con zapatillas de seda
Para así no ser sentido.

Gerineldo, Gerineldo,
Mi camarero pulido
Si me andas en traición
Tratasme como a enemigo

Encontró escalera puesta
Por ella subió al castillo,
Tomó la espada en la mano
En gran saña va encendido

Fuérase hacia la cama
Donde a Gerineldo vido
Encontró a los dos durmiendo
Como mujer y marido
¿Mataré yo a Gerineldo
a quien crié desde niño?
Pues si matare a la infanta
Mi reino será perdido

Pondré mi espada por medio
Que me sirva de testigo
Y saliose hacia el jardín
Sin ser de nadie sentido

Rebullíase la infanta
Tres horas el sol salido
Con el frio de la espada
La dama se ha estremecido

Levántate Gerineldo
Que somos los dos perdidos
Que la espada de mi padre
Entre los dos ha dormido
¿Y adonde iré yo mi señora,
que del rey no sea visto?
Vete por ese jardín
Cogiendo rosas y lirios

Pesares que te vinieren
Yo los partiré contigo
El rey que estaba en acecho
Al encuentro le ha salido
¿Dónde vienes Gerineldo
tan mustio y descolorido?
Vengo del jardín señor
De ver como ha florecido.

La fragancia de una rosa
La color me ha desvaído
De esa rosa que has cortado
Mi espada ha sido testigo

No me niegues Gerineldo
Que con mi hija has dormido.
No lo niego mi señor
Aunque me de gran castigo

Hincó la rodilla en tierra,
Y de esta manera dijo:
Dadme la muerte, buen rey,
Bien lo tengo merecido.

No te mato Gerineldo,
Que te crié desde niño.
Antes que se ponga el sol
Sereis mujer y marido.

No lo permita mi Dios
Ni la Virgen de la Estrella
Que mujer que fue mi ama
Que me case yo con ella

Se ha declarado una guerra
Entre Francia y Portugal
Y llevan a Gerineldo
De capitán general

Los ojos de la condesa
Ya no cesan de llorar
¿Por cuántos meses, mi conde
a la guerra te me vas?

Yo los contaré por años
Que por meses no hay lugar
Si a los siete años no he vuelto
Mi infanta os podeis casar

Pasa uno, pasan dos,
Los siete han pasado ya
Un día puestos a la mesa
Su padre le vino a hablar
¿Por qué no te casas hija?
¿Por qué no te casas ya?
No me caso padre mío
Que el Conde al venir está.
Échame la bendición
Que le quiero ir a buscar
Que la de Dios te acompañe
Y que le llegues a hallar.

Ponte el sombrero de paja
Y lo mejor de tu ajuar
Y en los lugares que cruces
Por él has de preguntar

Se ha vestido de romera
Y le ha salido a buscar
De día por la montaña
De noche por la ciudad

Ya anduvo siete jornadas
Y no halló con quien hablar,
Caminando, caminando,
Se ha encontrado con el mar

Marinero, marinero,
Dime, dime, la verdad
¿de quién es aquel barquito
que ha acabado de llegar?
¿Y de quién ese caballo
que siento yo relinchar?
Son del Conde Gerineldo
Que pronto se va a casar.
“¡Ay, quien le pudiera ver!
¡Ay, quien le pudiera hablar!
Y su boca con la mía
¡Quién la pudiera juntar!

A la salida de un pueblo
Viniendo de vuelta ya,
En lo alto de una loma
Oye a un becerro balar

Se encontró con un vaquero
Chiquito y de poca edad
Pastorcito, pastorcito
Dime, dime la verdad
¿De quien es ese ganado
con tanta cruz y señal?
Es del Conde Gerineldo
Que pronto se va a casar.

Hoy han matado las reses
Mañana cuecen el pan
Para que al día siguiente
Se pueda el Conde casar

Te daré un doblón de oro
Si me llevas donde está.
No puedo partir señora
Que el ganado se me va.

Tengo cien vacas paridas
Y cien becerrillos más,
Las vacas están pariendo
Y no las puedo dejar.

Si el ganado se te fuere
Yo te lo sabré buscar,
Y si al fin no apareciere,
Yo te lo sabré pagar.

Le ha dado una onza de oro
Y la ha llevado al portal.
Enseguida la Condesa
Se puso al Conde a llamar.
“Dame Conde una limosna,
que bien me la puedes dar”
una doncella bajaba
bajaba un triste real.
¡Qué poca limosna es ésta!,
¡Qué poca limosna dan!,
para ser de un caballero
como el que vengo a buscar.

Le bajaron una joya
Y un precioso delantal
Pero ella no quiere nada.
Sólo quiere al Conde hablar.

Baja, baja, Conde mío
Si me quieres escuchar
Que vengo desde muy lejos
Pidiendo un trozo de pan.

Si de tan lejos vienes,
Tendrás mucho que contar.
“La pobre de tu Condesa
nunca para de llorar”

¡Ay, quién la pudiera ver!
¡Ay, quién la pudiera hablar!.
“¿En qué la conocerías
o en qué la conocerás?”

“En el rostro de su cara
tiene un bonito lunar”
“El rostro se me ha caido,
pero el lunar aquí está”
No me mires a la boca,
Que te solía besar,
Ni me mires a los brazos
Con que te solía abrazar.

No me mires a las manos
Que te solían dar pan,
Ni me mires este anillo
Que te ha costado un caudal.

Señora sois el demonio
Que me venís a tentar
No soy el demonio, Conde
Soy tu esposa natural

Y la mujer que tu tengas
De criada se vendrá
Y el gasto que tengas hecho
A los pobres servirá.
El Conde lleno de gozo
Se echó de pronto a llorar.
Esta es mi primer mujer
Con ella siempre he de estar.

martes, 8 de mayo de 2012


Extremadura es una comunidad autónoma española situada en la zona suroeste de la Península Ibérica. Está compuesta por las dos provincias más extensas de España: Cáceres y Badajoz. Extremadura limita al norte con las provincias de Salamanca, Ávila (Castilla y León), al sur con Huelva, Sevilla y Córdoba (Andalucía); al este, con Toledo y Ciudad Real (Castilla-La Mancha) y al oeste, con Portugal. Su capital es Mérida (antigua Augusta Emerita), ciudad reconocida por el Estatuto de Autonomía como sede del Gobierno de Extremadura.
La población total de Extremadura en 2011 fue de 1.109.367 hab.de los cuales, el 34% viven en las seis ciudades más pobladas de la Comunidad Autónoma: Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia, Don Benito y Almendralejo. La región es la mayor productora de tabaco de Europa.

viernes, 4 de mayo de 2012

LA NOTICIA PERIODÍSTICA

 Rafa Nadal gana su séptimo Godó tras vencer a David Ferrer en una épica final.

 El tenista español, Rafael Nadal, se impuso a su compatriota David Ferrer en una épica final del Conde de Godó, torneo barcelonés que el balear conquistó por séptima vez en otras tantas finales.
Un David Ferrer muy entonado salió decidido a romper su mala racha en la última instancia del torneo barcelonés, donde las tres veces que había llegado previamente había caído derrotado ante Rafa Nadal. El valenciano logró el primer juego, cosechando acto seguido un 'break' en el que casi deja a Nadal en blanco.
El tenista manacorí tiró de raza para devolverle la rotura a su rival, remontándole un 30-0. Tras una breve interrupción por un accidente de un espectador, el choque se reanudó con Nadal imponiendo su servicio con sufrimiento, una línea que se mantendría en los siguientes juegos independientemente del jugador que sirviera.
Con 6-5 para Ferrer, el valenciano gozó de hasta 5 ocasiones para llevarse el set, pero Nadal logró sobreponerse para forzar el 'tie-break', en el que Ferrer acusó la ocasión perdida en el juego anterior para ceder con facilidad (7-1).
Nadal comenzó con fuerza la segunda manga, sellando su primer punto con suma efectividad. Ferrer contestó con presteza, pero con 2-1 nuevamente para el balear, Ferrer peleó para remontar un 0-40 tras el que llegó a tomar ventaja, aunque finalmente cedió ante el empuje de su adversario.
Cuando todo apuntaba a que Nadal encaminaba la final, Ferrer le devolvió el 'break' tras un vibrante intercambio calcado al del juego anterior pero con distinto final. Se recuperaba el valenciano, que posteriormente lograba otra rotura que volteaba el encuentro en un 5-4 a su favor con servicio propio.
Una vez más, Nadal se levantó, rompió el servicio de su adversario e igualó 5-5. Tras defender su saque en blanco, Nadal logró un nuevo 'break' que le proclamaba campeón ante un David Ferrer que ha realizado un partido sensacional pero no ha podido con la voracidad del manacorí.
De este modo Nadal logra su séptimo Conde de Godó, el cual ha conquistado siempre entre 2005 y 2012 con la única salvedad de la edición de 2010 que obtuvo Fernando Verdasco. En cuanto a David Ferrer, pierde su cuarta final del torneo, todas ellas ante Rafa Nadal, en 2008, 2009 y 2011, del cual ha dicho a la conclusión del partido que "es muy bueno", y le felicitaba porque sus derrotas han llegado ante "un grande".
Por último Rafa Nadal quiso elogiar a David Ferrer, del que dijo que "se merece más que nadie este título", deseando "que lo gane" durante su carrera. "Ha sido el partido más difícil de la temporada en tierra, cuando tienes 4 o 5 bolas de set en contra y las salvas hay un factor suerte", declaró el ya heptacampeón del torneo barcelonés.





ATLETIC Y ATLÉTICO PROTAGONIZAN LA QUINTA FINAL ESPAÑOLA


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Se juegan la fase de ascenso a 2ºB

EL ARROYO QUIERE TOCAR EL CIELO

El arroyo lucha por el ascenso.

El club arroyo ha sido campeón de la 3º división de Extremadura sin perder ni un solo partido en lo que resta de temporada.El arroyo jugara la fase para subir a la 2º división B que enfrentara al arroyo este finde semana contra Ejea de los caballeros,en estos partidos tiene mala experiencia porque en los ultimos años en la fase ha sido eliminado.Al equipo que se enfrenta al arroyo es muy temible porque ha perdido muy pocos partidos en su liga,por lo tanto es un duelo de titanes.